Ser mamá es quedar partida para siempre...



Ser madre es ser casa, guarida, colchón, almohada, mantita que abriga, red que sostiene, agua que calma. Ser madre es ser garantía, ciencia, prueba y error y todo junto. Ser madre es sentirse a cargo de los bienes más preciados de la vida.
Es ser testigo íntimo de la perfección humana; es no poder zafar nunca más de la finitud; es poder más por otros que por una misma. Ser madre es vivir eternamente agradecida.
Ser madre es el mayor privilegio de la aventura existencial.
Ser madre es ser la naturaleza misma en expresión pura. Ser mamá es quedar partida para siempre, es vivir enamorada, es despertarse con pluses de sentido. Ser madre es tan simple y tan complejo como la vida misma. Ser madre es convivir con pasiones desatadas, puras, masivas, intensas, poderosas. Ser madre es vivir al ritmo del corazón, volcán en erupción permanente. Ser madre es mucho, es enorme, es intenso, fascinante, desgastante, demandante, exquisito, irrenunciable, alucinante, milagroso y hermoso”

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