Las madres son únicas y eternamente fieles al amor por sus hijos.

Las  madres son únicas, especiales y eternamente fieles al amor por sus hijos.

Gracias a todas las madres del mundo… ¡Las queremos!

Madre
Permíteme dejar escapar mis pensamientos y mi amor por los caminos más recónditos hacia el infinito, déjame recorrer esas veredas móviles que cruzan el espacio, para dedicarte este día, todos los días.

Gracias madre, porque siempre estás conmigo, atesorada, completa, en el silencio y en los sonidos, en mis lágrimas y alegrías… Estás siempre conmigo en mi debilidad y en mi fortaleza, siempre presente, de lejos y cerca.


Gracias a ti, madre:
Porque llenas mi vida con tus consejos, con tus ejemplos y por qué no decirlo, también con tus regaños cuando necesito retomar el camino que muchas veces se me pierde en el laberinto de la vida. Siempre necesito de ti, madre, porque aun siendo tan fuerte como me hiciste, mis alas también se cansan y mi vuelo es fácil de abatir. Necesito tu regazo tanto para refugiar mi corazón adolorido como para compartir mis pequeños y grandes triunfos.

Madre
Déjame que sea esa niña que nunca has dejado de ver en mí, déjame cabalgar en los jardines de tu juventud envejecidos y sabios, déjame ser la fuerza que ahora te falta, y permíteme refugiarme en tu sabiduría, ejemplos y lecciones de vida. No quiero dejar de ser tu niña, no quiero, no puedo, porque sé que cuando un día tus ojos cansados se cierren al mundo, tu seguirás en mí, porque soy parte de ti, porque soy tu extensión, soy la mujer que formaste.

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