EL CHISME
En
el diccionario encontré la siguiente definición: “el chisme o murmuración, es
una actividad humana que consiste en hablar de alguien - tan bien como mal,
aunque generalmente de forma desfavorable - sin que la persona en cuestión esté
presente.”
No
es chisme cuando la persona está presente y se le dice lo que se piensa de
frente, lo cual es preferible, pero muchas veces, la verdad duele o no nos gusta
escucharla. Sin embargo, es preferible, más honesto y leal, la sinceridad que
las murmuraciones.
¿Pero
quién no lo ha hecho?, como dice la Biblia, “quién esté libre de pecado que tire
la primera piedra”. En mayor o menor medida, TODOS en algún momento hemos
hablado ya sea bien o mal de alguien y generalmente sin que ese alguien esté
presente.
Es
difícil decir si todos los chismes son malos o hay algunos buenos. La realidad
es que se habla de alguien sin que ese alguien pueda aceptar o desmentir lo que
se dice de él o de ella, por la simple razón de que se hace a sus
espaldas.
El
chisme a veces surge de una confusión, de un mal entendido, de tener solo
información parcial y de que una persona se imaginó el resto. Cuántas veces
hemos visto que un rumor, un chisme, una habladuría, han perjudicado relaciones,
familias, hogares; a veces la información se distorsiona, se le agrega o se le
quita, va cambiando de sentido y creciendo como bola de nieve, hasta se llega a
convertir en algo doloso y aquel que lo inició… desaparece como por arte de
magia.
Cuándo
el chisme afecta a un tercero, no le damos importancia, ¿pero que pasa cuándo
nos afecta directamente a nosotros o alguien muy cercano? Quisiéramos saber de
dónde y de quién salió.
Como
dice la regla de oro, “No hagas a los demás, lo que no quieres que te hagan a ti
mismo”. Con este simple principio, mejoraríamos mucho nuestra convivencia, al
tener respeto por la vida y las decisiones de los demás.
Entonces,
si no quieres que hablen mal de ti, no hagas eco a algún comentario mal
intencionado que afecten y dañen a otras personas, respétalas, pero sobre todo
respétate a ti mismo. Por ejemplo, si te dicen algo y sientes que te gana la
costumbre de decirlo, mejor escríbelo en un papel y luego destrúyelo. Así, poco
a poco irás descartando conscientemente el hábito de murmurar sobre otras
personas e irás cambiando tu actitud, y podrás dedicar esa energía en disfrutar
tu vida en lugar de tratar de entrometerte en las vidas ajenas.
“Si
lo que vas a decir puede herir a una persona… ¡Mejor Calla!
Si lo que va a salir de tu boca, es para maldecir… ¡Mejor Calla!
Si lo que estas por decir va a acabar con la honra de alguien… ¡Mejor Calla!
Si lo que vas a decir son rumores sin fundamentos… ¡Mejor Calla!
Si al hablar juzgas a tus semejantes… ¡Mejor Calla!
Si lo que va a salir de tu boca, es para maldecir… ¡Mejor Calla!
Si lo que estas por decir va a acabar con la honra de alguien… ¡Mejor Calla!
Si lo que vas a decir son rumores sin fundamentos… ¡Mejor Calla!
Si al hablar juzgas a tus semejantes… ¡Mejor Calla!
-Calumnias,
mentiras, chismes… Si eso es lo que te mueve al hablar… ¡Ten cuidado! y recuerda
que como juzgas... serás juzgado, y como tratas... Serás Tratado...
Piensa…
En algún momento tú puedes ser el blanco de esas patrañas, y entonces… sabrás lo
que es quemarse con el veneno que sale de una boca maliciosa.
Cuando
hables, habla cosas que bendigan, no que maldigan, si no es así, ¡Ssssh!
Olvídalos, ¡Mejor Calla!”
http://www.esliteratura.com/docs/el-chisme-una-contribucion-a-la-obra-del-diablo-por-ivette-duran-calderon-12735.html
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