(Hoy pensé en ti. Como todos los días).
Hay hechos que
marcan tu línea de tiempo, así sean importantes o no; están allí recordándote que
pasó algo en tu vida, que no volverán, esos momentos como cuando estábamos juntos,
cuando reíamos de la vida, cuando jugábamos a ser Freude, cuando te disfracé de
perfección y no existían errores, cuando creí en ti. Ahora no estás, lo sé muy
bien. No es necesario decirme adiós, tu silencio me lo dice, tu mirada me lo
grita y tus gestos me lo demuestran. Ya pasaron días. No hay nada, nunca hubo
nada. Es justo, injusto… ¿Qué más da? Te vi. Te escuché. Te creí. Me ilusioné. Me
enamoré. Te miré. Te abrasé. Te besé. Me entregué. Lloré. Me desilusioné. Volví
a llorar. Busqué de nuevo lo que creí perder. Ahí fue donde me di cuenta que lo
había perdido para siempre.
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