Lo más importante no es la reencarnación; es
que nunca morimos, nuestras almas siguen y hay mucha evidencia de que
esto es verdad.” “Los cuerpos cambian, pero no el alma. Una y otra vez
en las diversas vidas cambiamos de
religión, de raza, de condición económica, de apariencia física, porque
tenemos que aprender de todos lados. Por eso, es importante no odiar a
ningún grupo, porque esa es una forma segura de volver como miembro de
éste.
“En eso consiste el karma, un concepto que para Brian Weiss no pertenece sólo a las religiones orientales. “El karma es la responsabilidad por tus acciones. Significa que lo que tú das, es lo que recibes. Es un concepto que está en todas las religiones. Es importante recordar que no es un castigo, es una oportunidad para aprender, aunque a veces sea difícil.”
Es el comportamiento en relación con las demás personas lo que determina el karma; vale decir que tras nacer en estado físico, nuestra principal fuente de aprendizaje es la relación con los demás. A través de la alegría y el dolor de las relaciones con otras personas, progresamos en nuestra senda espiritual para aprender del amor desde todas partes. “Las relaciones son un laboratorio viviente, para determinar si hemos aprendido nuestras lecciones; son oportunidades maravillosas de aprender, aunque difíciles”.
Un alma, antes de reencarnar en otra vida, la elige con el fin de ascender espiritualmente. Así, una persona pudo elegir una vida con relaciones difíciles, llena de obstáculos y pérdidas para poder acelerar su progreso espiritual. “En ocasiones, un hecho negativo, como perder un trabajo, puede suponer la apertura de una oportunidad mucho mejor. ¡No tenemos que sufrir por adelantado! Es posible que el destino necesite más tiempo para tejer su intrincado tapiz. No sólo hay sufrimiento y dolor en esta vida, también hay alegría y éxtasis. Tenemos que aprender a recibir amor, además de darlo.”
“En eso consiste el karma, un concepto que para Brian Weiss no pertenece sólo a las religiones orientales. “El karma es la responsabilidad por tus acciones. Significa que lo que tú das, es lo que recibes. Es un concepto que está en todas las religiones. Es importante recordar que no es un castigo, es una oportunidad para aprender, aunque a veces sea difícil.”
Es el comportamiento en relación con las demás personas lo que determina el karma; vale decir que tras nacer en estado físico, nuestra principal fuente de aprendizaje es la relación con los demás. A través de la alegría y el dolor de las relaciones con otras personas, progresamos en nuestra senda espiritual para aprender del amor desde todas partes. “Las relaciones son un laboratorio viviente, para determinar si hemos aprendido nuestras lecciones; son oportunidades maravillosas de aprender, aunque difíciles”.
Un alma, antes de reencarnar en otra vida, la elige con el fin de ascender espiritualmente. Así, una persona pudo elegir una vida con relaciones difíciles, llena de obstáculos y pérdidas para poder acelerar su progreso espiritual. “En ocasiones, un hecho negativo, como perder un trabajo, puede suponer la apertura de una oportunidad mucho mejor. ¡No tenemos que sufrir por adelantado! Es posible que el destino necesite más tiempo para tejer su intrincado tapiz. No sólo hay sufrimiento y dolor en esta vida, también hay alegría y éxtasis. Tenemos que aprender a recibir amor, además de darlo.”
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