Si supieras que te queda un minuto de vida: ¿qué harías?, ¿qué te gustaría arreglar en tu vida?, ¿a quién llamarías? Haz ahora, a partir de este minuto, aquello que responda a estas preguntas. No lo dejes para mañana, tal vez sea demasiado tarde. Vive cada minuto de tu vida como si fuera el primero, el único y el último.
Verás que aprovechando el tiempo serás más feliz. ¡Basta comenzar ya! Ahora, en este instante, y jamás te arrepentirás de ningún minuto de tu vida. Un minuto construye o destruye. Depende de ti: ¡aprovéchalo!
Durante él, puedes expresar tu amor por una persona diciendo: te quiero. En un minuto, puedes unir a familias separadas durante años, cuando logras hacer surgir de su interior la palabra: perdón. Es suficiente para que borres las huellas de tristeza dibujadas en los rostros de muchos niños, para convertirlas en una sonrisa. Basta un minuto para que comiences una nueva vida, dejando de lado, los lazos que te dañan para seguir un camino de amor y crecimiento.
Nunca es demasiado tarde, basta que aproveches el minuto presente y digas: “quiero”. Hay tantas cosas que puedes hacer en un minuto, que no lo puedes desperdiciar. Un minuto puede generar mil millones de dólares, pero mil millones de dólares, nunca generarán un minuto.
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