Digestiva: Anorexia, anemia, gastroenteritis, constipación, insuficiencias digestivas.
Cardiovascular: Insuficiencia coronaria, infarto de miocardio, miocarditis.
Dermatológica: Infecciones de la piel, ulceras varicosas, prurito anal, grietas de la piel.
Respiratoria: Tos, rinitis, sinusitis, laringitis, faringitis, bronquitis.
Neuropsíquica: Nerviosidad, estados depresivos, insomnio.
Metabólica: Enfermedades febriles, intoxicaciones, alcoholismo.
Fácilmente digerible: debido a que las moléculas de azúcar de la miel pueden convertirse fácilmente en otros azúcares (p. ej. fructosa en glucosa), la miel es digerida con facilidad incluso por los estómagos más sensibles y pese a su alto contenido de acidez. Ayuda a un mejor funcionamiento de los riñones y los intestinos.
Ayuda a la formación de la sangre: la miel provee una parte importante de la energía que el cuerpo requiere para la formación de la sangre. Además ayuda a limpiar la sangre. Tiene también efectos positivos en la regulación y facilitación de la circulación sanguínea. También funciona como protección contra problemas en la circulación capilar y la arteriosclerosis.
Antioxidante: cualquiera que desee una vida saludable debería consumir antioxidantes. Se trata de compuestos presentes en las células que le permiten librarse de los subproductos perjudiciales de las funciones metabólicas normales. Hay poderosos antioxidantes presentes en la miel: pinocembrin, pinobanksin, chrisin y galagin. El pinocembrin es una antioxidante que sólo existe en la miel.
Cardiovascular: Insuficiencia coronaria, infarto de miocardio, miocarditis.
Dermatológica: Infecciones de la piel, ulceras varicosas, prurito anal, grietas de la piel.
Respiratoria: Tos, rinitis, sinusitis, laringitis, faringitis, bronquitis.
Neuropsíquica: Nerviosidad, estados depresivos, insomnio.
Metabólica: Enfermedades febriles, intoxicaciones, alcoholismo.
Fácilmente digerible: debido a que las moléculas de azúcar de la miel pueden convertirse fácilmente en otros azúcares (p. ej. fructosa en glucosa), la miel es digerida con facilidad incluso por los estómagos más sensibles y pese a su alto contenido de acidez. Ayuda a un mejor funcionamiento de los riñones y los intestinos.
Ayuda a la formación de la sangre: la miel provee una parte importante de la energía que el cuerpo requiere para la formación de la sangre. Además ayuda a limpiar la sangre. Tiene también efectos positivos en la regulación y facilitación de la circulación sanguínea. También funciona como protección contra problemas en la circulación capilar y la arteriosclerosis.
Antioxidante: cualquiera que desee una vida saludable debería consumir antioxidantes. Se trata de compuestos presentes en las células que le permiten librarse de los subproductos perjudiciales de las funciones metabólicas normales. Hay poderosos antioxidantes presentes en la miel: pinocembrin, pinobanksin, chrisin y galagin. El pinocembrin es una antioxidante que sólo existe en la miel.
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