Ser madre es la bendición más grande que Dios da a una mujer.



Ser madre es la bendición más grande que Dios da a una mujer, y con esa bendición llegan muchos cambios en la vida de ellas. Una madre puede dormir sin ingerir bocado alguno antes de dejar a sus pequeños dormir con el estomago vacío, una madre puede pasar frio o calor con tal de evitar que sus hijos sean quienes lo sufran, pero sobre todas las cosas, una madre da amor incondicional a sus hijos ante cualquier situación que estos padezcan, enfermedades, tristezas, alegrías, victorias, derrotas…

Incluso cuando creas que tu mamá está alejada de ti físicamente, solo basta que pienses en ella para recordar lo mucho que te ama con todo su corazón, recordar su voz, su olor, y entonces ella estará allí contigo… para ti, hasta el último de sus suspiros tú serás siempre su más grande amor. No la dejes a un lado, no la abandones, no pases un día más sin decirle que la amas...

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