Mamá, eres mi todo, la mitad de mi alma.

Mamá: Eres la mano que me sostiene, la luz que ilumina mi sendero, el sol que calienta mi alma y la estrella que vela mi sueño. Eres mi ejemplo de vida y mi sueño constante.
Mamá:

¿Qué palabras podría usar que mostraran todos los sentimientos que surgen con sólo verte o nombrarte?
Eres la mano que me sostiene, la luz que ilumina mi sendero, el sol que calienta mi alma y la estrella que vela mi sueño. Eres mi ejemplo de vida y mi sueño constante.
Eres la voz que yo sigo, cada día me alimenta, y eres la luna que me hace sentir la paz que necesito.

Mamá, eres mi todo, 

la mitad de mi alma.

Eres la mujer fuerte, que callada y discreta lleva y vive mis propias penas. 

Eres el ancla que me equilibra en un mar tempestuoso, el nido al que vuelo buscando paz, luz y amor.

Eres mi compañera de vida, mi cómplice más leal, la mujer que Dios ha destinado para ser mi ángel en este mundo, en este espacio y en este momento.

 Mamá, tú eres mi serenidad y mi polvo de estrella, mi pedazo de cielo en esta tierra.
Te amo con todo lo que soy, con mi alma, con mi ser, con mis miedos y mis logros,
 te amo con la fuerza desgarradora que solo tú puedes provocar en mí.
Te amo, en este mundo y en el que sigue; hoy sólo puedo mirar al cielo, abrir los brazos,
 cerrar los ojos y sentir la cálida presencia de Dios en tus ojitos lindos para rezar de
 rodillas en esta tierra y agradecerle por darme el regalo de que seas mi cielo en esta
 tierra.

¡Te amo mamá

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