Madre
Permíteme dejar escapar mis pensamientos y mi amor por los caminos más recónditos hacia el infinito, déjame recorrer esas veredas móviles que cruzan el espacio, para dedicarte este día, todos los días.
Gracias madre, porque siempre estás conmigo, atesorada, completa, en el silencio y en los sonidos, en mis lágrimas y alegrías… Estás siempre conmigo en mi debilidad y en mi fortaleza, siempre presente, de lejos y cerca.
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