Padre amado… esta mañana quiero darte gracias por un nuevo día que comienza… por un nuevo día que me regalas por Tu bondad y Tu misericordia… un nuevo día que pones frente a mí para vivirlo junto a Ti… Contigo… y en Ti… un nuevo día para tratar de ser reflejo tuyo… y llevarte a aquellos que te necesitan…
En la Palabra dice que «no nos preocupemos del mañana, que el mañana se preocupará de sí mismo… pues a cada día le basta con sus afanes»… por eso me presento ante Ti esta mañana… reconociendo mi pequeñez y mi insuficiencia… reconociendo que nada puedo sin tu ayuda… y pidiéndote, con fe y con confianza, que me permitas abandonarme en Tus bazos en este día… dejando a un lado mis anhelos y mis ansias… mis deseos, mis preocupaciones, mis temores y mis pasiones… dejando a un lado todo lo que es mío… para poder sumergirme en Ti… y en Tu Misericordioso Corazón…
Hoy sólo quiero amarte y hacer Tu Voluntad… hacerla en mi vida… en mi familia… en mi trabajo… en mis estudios… hoy sólo quiero abandonarme en Ti… con la seguridad de que Tú me guías… de que eres Tú quien dirige mi vida…
Esta mañana te pido por toda mi familia… pero en especial, quiero presentarte a todas esas personas que Tú cruzarás en mi camino durante este día… Señor… que pueda mirar con Tus ojos… escuchar con Tus oídos… hablar con Tus palabras… consolar con Tus manos… y sobre todo, amar con Tu Corazón…
Gracias, Señor… gracias por permitirme estar aquí, hoy, en este momento… y por saber que Tú estas a mi lado siempre…
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