Gracias Señor
Querido DIOS:
Gracias Dios
Pido a Dios
Te digo un Secreto?
Dios te Bendiga ... DIOS NUNCA TE ABANDONA!
Que Dios te dé:
DIOS TE BENDIGA SIEMPRE!
No te canses de hacer el bien
Buenos dias para Ti, Para Mi
Gracias Dios
He Visto a la FELICIDAD y me ha dicho que iba a tu casa
Para los Buenos Momentos GRATITUD, Para los Malos MUCHA ESPERANZA
Que el Niño Jesús, con su infinito amor y su bondad, ilumine tu hogar
Que tus Bendiciones sean muchas mas .
La vida me enseñó que siempre hay que buscarle el lado bueno a las cosas
Tu dolor nadie lo siente, tus alegrías nadie las nota
Donde la ignorancia habla, la inteligencia calla.
CUANDO YA NO PUEDO MÁS.... Miro a MIS HIJOS
Valdrá la pena perder tanto… por tan poco?
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Que estas optando por alguien que te alimenta el ego en vez de optar por alguien que te llena el corazón… Que estas apartando de tu lado a una persona que daría la vida por ti por alguien a quien apenas le interesas… Que estas traicionando la confianza de alguien que piensa y se preocupa por tí las 24hs a cambio de alguien que probablemente te olvide mañana.
La persona infiel casi siempre destruye su familia; por unos minutos de placer egoísta pierde el respeto de su pareja, lastima profundamente a sus hijos, y con el paso de los años descubre que por nada perdió todo, pero casi siempre es tarde. Porque no se puede jugar con fuego sin que alguien se queme. Valdrá la pena perder tanto… por tan poco?
Mi presente y mi futuro están en las manos de Dios
Derribada significa que puede que ahora esté en el suelo porque la batalla ha sido fuerte y me he cansado; pero aún en el suelo no he perdido la batalla. Puedo sorprendentemente ganar, obtener la victoria. Quiere decir que en medio de mis debilidades e insuficiencias, él se glorifica, me muestra Su poder.
Aunque haya recibido fuertes golpes, sigo con mi armadura puesta. Y si sigo con mi armadura puesta eso quiere decir que soy una guerrera. Si soy una guerrera, me quedo batallando aunque muera en el intento, pero no me rindo. No le voy a permitir al miedo imponerse sobre mi vida y sobre mis sueños.
Derribada implica que me encamino a hacerle la guerra a la tristeza con una sonrisa esperanzadora que me obliga a pensar que me esperan días mejores.
Derribada …porque provengo de Dios, él es mi creador, mi padre, su corazón late en el mío, por tanto yo seguiré adelante.
Eres el reflejo de tus actos
No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones.
Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Cierto día, un perrito buscando refugio del sol,
logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa.
El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera.
Al terminar de subirlas se topó con una puerta semi-abierta; lentamente se adentró en el cuarto.
Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto habían 1000 perritos más,
observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos.
El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco.
Los 1000 perritos hicieron lo mismo.
Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos.
El perrito se quedó sorprendido al ver que los 1000 perritos también
le sonreían y ladraban alegremente con él.
Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo:
“¡Qué lugar tan agradable… voy a venir más seguido a visitarlo!”
Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró en el mismo cuarto.
Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros 1000 perritos del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva.
Posteriormente empezó a gruñir, obviamente vio como los 1000 perritos le gruñían a él.
Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros 1000 perritos le ladraron también a él.
Cuando este perrito salió del cuarto pensó:
“¡Qué lugar tan horrible es éste… nunca más volveré a entrar allí!”.
En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía:
“La casa de los 1000 espejos”.
Todos los rostros del mundo son espejos.
Decide qué rostro llevarás por dentro y ése será el que mostrarás.
El reflejo de tus gestos y acciones es lo que proyectas ante los demás.
Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se sienten con el corazón.
Aprendamos a tratar a los demás como queremos ser tratados.
La hija llega y le dice a su padre:
– ¡Papá, ya no aguanto más a la vecina! Quiero matarla, pero tengo miedo que me descubran. ¿Puedes ayudarme con eso? El padre le responde:–
Claro que sí mi amor, pero hay una condición… Tendrás que hacer las paces con ella para que después nadie desconfíe que fuiste vos cuando ella muera. Tendrás que cuidarla muy bien, ser gentil, agradecida, paciente, cariñosa, menos egoísta, retribuir siempre, escucharla más… ¿Ves este polvito? Todos los días pondrás un poco en su comida. Así ella morirá de a poco.
Pasados 30 días, la hija vuelve a decir al padre:
– Ya no quiero que ella muera. La amo. ¿Y ahora? ¿Cómo hago para cortar el efecto del veneno? El padre entonces le responde:
– ¡No te preocupes! Lo que te dí fue polvito de arroz.
Ella no morirá, porque el veneno estaba en ti.
Cuando alimentamos rencores, morimos de a poco.
Aprendamos a hacer las paces con quienes nos ofenden y nos lastiman.
Aprendamos a tratar a los demás como queremos ser tratados. Aprendamos a tener la iniciativa de amar, de dar, de donar, de servir, de regalar, y no solo querer ganar y ser servido
NUNCA GUARDES NADA PARA UNA OCASIÓN ESPECIAL
Mi amigo abrió el cajón de la mesita de noche de su mujer y sacó un paquetito envuelto en un papel blanco. Éste, dijo, no es un simple paquete, es ropa interior.
Tiró el papel y observó la preciosa seda del conjunto.
“Lo compró la primera vez que fuimos a New York, hace 8 ó 9 años… Nunca lo usó.” Lo guardaba para una ocasión especial. Bien. Creo que ésta es la ocasión adecuada. Se acercó a la cama y apoyó el conjunto al lado de la ropa que llevaría a la funeraria: su mujer acababa de morir.
Se giró hacia mí y me dijo: “NUNCA GUARDES NADA PARA UNA OCASIÓN ESPECIAL, CADA DÍA QUE VIVES ES UNA OCASIÓN ESPECIAL”.
Todavía pienso cómo me han cambiado la vida estas palabras. Ahora leo más y limpio menos, me siento en la terraza…
… y admiro el panorama sin prestar atención a los hierbajos del jardín.
Paso más tiempo con mi familia y mis amigos, y menos trabajando. He entendido que la vida es un conjunto de experiencias para gozar, no para sobrevivir. No guardo nada. Uso los mejores vasos todos los días. Me pongo el traje nuevo para ir al supermercado si me apetece. Ya no guardo mi mejor colonia para fiestas especiales, la uso todas las veces que me apetece.
Las frases “Un día..” y “uno de estos días…” han desaparecido de mi vocabulario.
Si merece la pena hacerlo ahora….. ¿por qué esperar?
No sé lo que habría hecho la mujer de mi amigo, si hubiese sabido que no estaría aquí mañana.
Creo que habría llamado a sus familiares y sus amigos más íntimos; a lo mejor habría llamado a viejos amigos para disculparse por viejas peleas…. Me gusta pensar que habría ido a un restaurante chino… Su preferido.
Son estas pequeñas cosas no hechas las que me molestarían si supiera que tengo las horas contadas.
Molesto porque dejaría de ver a los amigos que vería “uno de estos días”…. Molesto por no escribir esas cartas que quería escribir “algún día”……
Molesto y triste porque no dije a mis hermanos y a mis hijos cuánto les quiero….. Ahora intento no guardar nada que añadiría risa y alegría a nuestras vidas….
Cada día me digo a mi mismo que éste es un día especial.
Cada día, cada hora, cada minuto es especial…
Valora lo que tienes
– Si te es difícil conseguir dormir esta noche, apenas recuerda a la familia
sin hogar que no tiene ninguna ni una cama para dormir.
– Si te encuentras atorado en el trafico no te desesperes, hay gente
en este mundo para la cual conducir seria un privilegio.
– Si tienes un mal día en el trabajo piensa en el hombre que lleva tres meses buscando trabajo.
– Si te desesperas por lo mal que te ha ido con tu pareja, piensa en la persona que nunca ha conocido el amor.
– Si tu coche te deja millas lejos de pedir ayuda. Piensa en el paralítico quien pedía la oportunidad de tomar esa caminata.
– Si notas un pelo gris nuevo en el espejo; piensa en el paciente con cáncer que desea tener pelo.
– Si te encuentras victima de la amargura de la gente, ignorancia, pequeñez o inseguridades;
Recuerda que las cosas podrían ser peores.
Tu podrías ser una de ellas
Cuando alguien te dice “QUE DIOS TE BENDIGA”
Cuando alguien te dice “QUE DIOS TE BENDIGA” no solo te está deseando lo mejor para ti, sino que también está actuando en favor suyo.
Pues, cuando Bendices a alguien también atraes el favor de Dios hacia ti.
El efecto de la Bendición es multiplicador, ya que es dado por Dios a sus Hijos.
El significado de la bendición:
La bendición, invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, habla del agradecimiento, confiere prosperidad y felicidad en la persona que recibe buenos deseos de nuestra parte.
La bendición comienza en el hogar, en las relaciones de padres e hijos.
Los niños que reciben el regalo de la bendición de parte de sus padres, tienen un buen comienzo espiritual y emocional en la vida. Reciben un firme fundamento de amor y aceptación.
Este principio también se aplica a la íntima relación de pareja.
Las amistades se profundizan y fortalecen, la hermandad de las Iglesias se incrementa, trayendo compañerismo, sanidad y esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra de bendición.
El poder de la vida y la muerte está en la Palabra.
Al bendecir, se otorga vida, no sólo al que recibe la bendición, sino también al que la da.
Por eso, hoy te bendigo, mi bendición va para ti, porque al bendecirte de todo corazón, me bendigo a mí mismo.
Reparte bendiciones donde vayas, no sólo de palabras, sino de hechos.
Ellas volverán a ti, cuando menos lo esperes.
En general, la persona que vive en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina siempre.
¡¡¡Qué Dios Derrame una lluvia de Bendiciones a todo el mundo..!!!
Cuando los Hijos se Van…
Hay que asumir esa realidad.No es que se van… es que la vida se los lleva.
Ya no eres su centro.
Ya no eres propietario, eres consejero.
No diriges, aceptas.
No mandas, acompañas.
No proyectas, respetas.
Ya necesitan otro amor, otro nido y otras perspectivas.
Ya les crecieron las alas y quieren volar.
Ya les crecieron las raíces y maduraron por dentro.
Ya les pasaron las borrascas de la adolescencia y tomaron el
timón.
Ya miraron de frente la vida y sintieron el llamado, para
vivirla por su cuenta.
Ya saben que son capaces de las mayores aventuras, y de la más
completa realización.
Ya buscaran un amor, que los respete, que quiera compartir,
sin temores ni angustias las altas y las bajas en el camino, que les
endulce el recorrido y los ayude en el fin que quieren conseguir.
Y si esa primera experiencia fue equivocada, tendrán la
sabiduría y las fuerzas, para soltarla, así, otro amor les llegará para
compartir sus vidas en armonía.
Ya no les caben las raíces en tu maceta, ni les basta tu abono
para nutrirse, ni tu agua para saciarse, ni tu protección para vivir!
Quieren crecer en otra dimensión, desarrollar su personalidad,
enfrentar el viento de la vida, al asombro del amor y al rendimiento de
sus facultades.
Tienen un camino y quieren explorarlo. Lo importante es que
sepan desandarlo.
Tienen alas y quieren abrirlas. Lo importante es que sean
limpias, de un vuelo alto y de conciencia recta.
Tienen juventud y quieren vivirla. Lo importante es el
corazón sensible, la libertad asumida y la pasión a flor de piel.
Que la rienda sea con responsabilidad, y la formación, llena
de luz.
Tú quedas adentro:
En el cimiento de su edificio.
En la raíz de su árbol.
En la corteza de su estructura
El lo profundo de su corazón.
Tú quedas atrás:
En la estela luminosa que deja el barco al partir.
En el beso que les mandas.
En el pañuelo que los despide.
En la oración que los sigue.
¡En la lágrima que los acompaña!
Tú quedas siempre en su interior, aunque cambies de lugar.
Qué razón tenías papá
Cuando me dijiste que a mi edad Aun no estaba preparado para controlar mi vida,
Que era yo muy joven,
Que esperara un poco más de tiempo
Y luego tú mismo me ayudarías a independizarme.
Y, sin embargo… preferí no escucharte…
Te dejé con la palabra en la boca,
Y me fui de la casa,
Según yo, a comerme al mundo a rebanadas.
Repetiste una y otra vez que tú y mi mamá sólo querían lo mejor para mí,
Y que sus regaños no eran por desamor…
Trataste de explicarme que la comprensión
No era darme siempre la razón;
Pero, a pesar de ello,
En muchas ocasiones preferiste ceder, y callar;
Con esa actitud tan conciliadora que adoptaba,
Con tal de que yo no cumpliera mis constantes amenazas,
Mientras yo los acusaba de ser los peores padres.
Qué Razón tenías Papá,
Cuando te acercaste a mí,
Y me suplicaste que viviera conforme a mi edad,
Porque la juventud es como un suspiro del alma,
Y cuando nos damos cuenta,
Los años nos llevan ventaja;
Me suplicaste que no abandonara la escuela
Porque de ello dependería gran parte de mi vida en el futuro;
“no cometas el mismo error que yo, hijo “,
Me dijiste en aquella ocasión,
Y sin embargo mi respuesta fue:
“Tú que sabes de eso “?
Lo que pasa es que tú ya estas viejo…
“No sé cómo no te cansas de estarme dando sermones “…
Fue por eso que, solo llegué hasta la secundaria…
Recuerdo que mi madre me sentó cariñosamente en sus piernas,
Y me habló de las mujeres,
Me explico que una relación de pareja va más allá de la atracción física,
Y la pasión;
Platicó cómo se conocieron y la manera en que la conquistaste,
De la forma en que se ama a los hijos,
Del respeto hacia la esposa,
Y el cariño con el que se le debe tratar,
Y ya ves, papá,
Apenas cumplí la mayoría de la edad y me tuve que casar,
Por esa falta de responsabilidad…
Qué razón tenías papá,
Que antes de marcharme de la casa,
Intentaste detenerme,
Y con lágrimas en los ojos me aclaraste:
“Algún día tú también serás papá,
Y podrás entenderme, hijo “,
Y en pago a eso te miré fijamente a los ojos y te dije:
“Yo sí seré un buen padre,
A mis hijos, no los estaré fastidiando tanto,
Dejaré que sean los que ellos quieran,
Y que sean felices “,
Y en un tono más soberbio repetí:
“Yo voy a ser mejor que ustedes “.
Me aconsejaste que, pasara lo que pasara,
Viviera como viviera, nunca me humillara ante los demás,
Porque la dignidad no se vende, no se pierde,
Y hasta la libertad tiene sus límites,
Y apenas me sentí libre,
Aproveché para emborracharme con mis amigos hasta desfallecer,
Y desperté tirado en una calle, sucio, maloliente;
Me atreví a pedir limosna
Y ante la desesperación se me hizo fácil robar,
Aunque me advertiste que mi enemigo no estaba en la casa,
Sino en las calles, Disfrazado de falsos amigos,
Absurdos placeres y dinero manchado…
Qué razón tenías papá,
Cuando me adelantaste que si abandonaba el hogar,
Mi madre moriría de pena y tristeza,
Y yo qué hice… me burlé de ti,
Te aclaré que si eso sucedía sería por tu culpa,
Por la vida tan estricta que nos dabas,
Por las exigencias y por tu concepto de la disciplina y la responsabilidad,
Porque cuando llegabas a la casa hacías llorar a mi madre
con tus ridículos obsequios,
Cuánto tiempo me tardé en comprender que esas lágrimas,
Eran de alegría, y no de dolor o tristeza…
Un día, me tomaste entre tus brazos y me dijiste muy quedito al oído
Esas cosas que aún gurdo en mi corazón:
“ojalá nunca crecieras, hijo mío,
Ojalá siempre fueras mi pequeñito y yo siguiera siendo
tu héroe para toda la vida,
Imaginar, que siempre tendrás 6 años “,
Pero ya ves, papá,
Hoy me arrepiento de todas esas palabras contra tú,
De mis actos que tanto te dañaron,
De tantas noches que te tuve a tú y a mi mamá en vela por
no llegar de la fiesta,
De las mentiras mal armadas que inventaba con tal de no
escuchar tus sabios consejos,
De recordar cómo te humillaste varias veces frente a mí,
Con tal de yo tuviera esa falsa razón;
De pisotear tu dignidad con mis gritos y reclamos,
Y cientos y cientos de reproches en contra de ese cariño incondicional…
Mírame ahora, papá,
Sentado en una sala de hospital,
Lleno de angustia,
Esperando noticias sobre la salud de mi hijo,
Ese… al que yo iba a educar…
Mejor que tú a mí,
Sí… también él se sintió grande,
A pesar de mis consejos decidió no escucharme y,
Hacer su propia vida como lo hice yo,
Le pido a Dios que me ayude,
Y a tú, mi gran héroe de siempre,
Que ojalá me hayas perdonado… todo….
Me costó mucho tiempo, dolor, y sufrimiento,
Pero después de tantos años,
Logre entender que por fin te amé, papá,
Más de lo que yo creía…
Qué Razón tenías, Papá…